UNA MIRADA A LA AGRICULTURA MECANIZADA

A
mediados del 1856 se sustituye la tracción animal por la tracción a vapor y de
ahí pasa a ser motorizada con el invento de Otto en 1890 usando gasolina como
fuente de energía, aplicado en un tractor por John Froelich para el año 1892
(www.froelichtractor.com). Este hecho muestra que la evolución de la mecanización
en la agricultura se adapta significativamente a los descubrimientos de las
épocas y por tanto, las experimentaciones no cesan para la búsqueda de nuevas y
mejores técnicas de cultivar las tierras. Además, las labores para obtener la
mayor productividad agrícola no deben estar destinadas o fijadas a un solo
sistema de labranza, sino a la integración de estos métodos. Un ejemplo es la
utilización de la tracción animal para suelos con estructura muy sólida o gran porciento
de arcilla y la los tractores para acondicionar a mayores profundidades según
las necesidades de las plantaciones.
La
utilización de maquinarias modernas usada de forma excesiva pueden causar que
los cultivos no tengan un soporte consistente para sus raíces, fuerte lavado
por lixiviación y alto deslizamiento que generar mayor tracción según Maiby
Pérez, en su artículo del 2006. En caso
contrario, el tiro con bueyes, caballos o mulas realiza una labranza parcial a
los terrenos conservando en sí su estructura más notable, ciclos de elementos disponibles
y que presenta un bajo costo de adquisición. Además, la relatividad de esto es
tan real que el valor de un animal de tracción de zonas montañosas duplica el
valor de una motocicleta usada en República Dominicana, esto por la fuerza y
accesibilidad que aportan en parcelas donde la tracción motorizada de carga no
puede acceder o los recursos para su funcionamiento son escasos o nulos.
La
tracción animal nunca será desplazada totalmente por la mecanización moderna.
Algunas poblaciones subdesarrolladas utilizan aún los sistemas de mecanización
pecuaria porque en las zonas donde habitan, los terrenos para producción
agrícola, poseen pendiente de 45 grados (difícil laboreo para tractores) o la
agroecología amerita su utilización para la sustentabilidad en el futuro.
Muchos agricultores, en casos frecuentes, no han podido avanzar por no disponer
de recursos suficientes y el pasar del tiempo los ha sumergido en la creencia
de que la tracción animal simplemente es mejor por razonamientos netamente
empíricas. Hasta el sol de hoy las adaptaciones han sido por vías de entidades
gubernamentales que envían brigadas al arado de sus terrenos a un menor costo,
incluso menor que la tracción animal, usando esta estrategia como medida de
desplazamientos de las formas de producción antiguas.
“En
un sector agrícola con un alto coeficiente de mano de obra y basado en pequeños
productores el aumento de la productividad de las tierras y la mano de obra
genera una rápida reducción de la pobreza, como por ejemplo en Asia oriental y
sudoriental. China redujo la pobreza de forma sumamente rápida en la década de
1980 hasta mediados de la década de 1990 durante un período de fuerte
crecimiento agrícola, ya que se partió de una situación de acceso relativamente
equitativo a las tierras agrícolas y al capital humano” (FAO, 2012). Esto se
puede asumir o interpretarse desde otra perspectiva, pero las formas o
distribuciones de la mano de obra pueden generar un cambio dentro de los
aspectos económicos.
Si
buscamos la razón más evidente de la adquisición de la tracción animal donde
“estudios demuestran que los pequeños agricultores pocas veces pueden tener
individualmente tractores, a menos que produzcan cultivos de gran valor
comercial, tengan irrigación o produzcan varias cosechas” (FAO, 2000). De ahí
el surgimientos de las asociaciones de tractoristas para tener acceso a ese
tipo de maquinarias modernas de labranza. Otras investigaciones e indagaciones de
diversos autores demuestran que “la energía animal, abundante en muchas
regiones, puede ser utilizada más intensamente de lo que hasta ahora ha sido”
(González, 1995). Y surge la
interrogante si ¿podrá el hombre de este siglo adaptarse a las nuevas tecnologías?

Si
bien, la producción de alimentos con menos recursos siempre será una prioridad
en la humanidad misma, quiere decir que la evolución de las civilizaciones
depende del suelo y de la eficiencia con que se maneje. Por esto, el hombre se
ha dedicado a la utilización de una diversidad de implementos agrícolas,
sembradoras, cosechadoras, niveladores, arados, o la combinación de muchas de
estas donde la utilización de tres o cuatro personas se reduzca a una o dos
cuando máximo. Otros países como los Estados Unidos muestran que “lo producido
por un campesino para cinco personas, ahora lo produce para 130 personas” (http://geographystar.jimdo.com/)
y “la superficie que puede ser atendida por un solo trabajador ha sido ampliar
a más de 200 hectáreas con la mecanización moderna” (FAO, 2000).
Desde
otro punto de vista, el tractor no es más que una herramienta para llegar al
fin, es decir, que la población mundial tiene gran falta de conocimientos
técnicos para sustentarse a sí mismo. Desde la creación, el déficit de
alimentos es, indiscutiblemente, el factor bingo de las naciones en vías de
desarrollo. Para el 2010 la FAO estimó que el porcentaje de personas con hambre
oscila entre 9% donde se ha mantenido estable en los últimos años, pero “un
reciente estudio realizado por Colette Heald del MIT (Massachussets
Institute of Technology) ha revelado si se consideran en conjunto
la contaminación del aire y del cambio climático, los resultados son
catastróficos: los cuatro principales cultivos del mundo: el trigo, el maíz, la
soja y el arroz, disminuirán su producción para el año 2050, de tal modo que la
seguridad alimentaria del planeta se verá seriamente afectada” (Galisteo,
2014). Aun así, otros puntos de vista disparan hacia direcciones con más
alternativas y no tan sublimes que se proyectan en una revolución verde en todo
el mundo.
Una
de las buenas noticias es que la posible adopción de la agricultura mecanizada
de forma intensiva promete mayor productividad.
No obstante, en vista de las especulaciones, esto podría ser disipado
por los altos precios de adquisición de los productos. “Se ha acumulado
evidencia que muestra que cuando el actual sistema agrícola intensivo de
capital y tecnología ha sido extremadamente productivo y competitivo, éste
también trae consigo una serie de problemas económicos, sociales y ambientales”
(Altieri, 1995 cita a Conway y Pretty, 1991).
“Los
índices de producción mundial de alimentos relativos a las últimas décadas
muestran que, no obstante el fuerte crecimiento demográfico, la disponibilidad
promedio de alimentos per cápita ha aumentado levemente” (FAO, 1994). Estas
estadísticas no significan el canto de victoria para las naciones, sino una
pequeña muestra de que las tecnologías modernas de mecanización están
respondiendo a la demanda del crecimiento poblacional, en otras palabras, la utilización
del espacio de producción disponible es más eficiente ahora que en años
anteriores.
Los
tractores agrícolas son eficientes y cada día más modernos, pero la dependencia
de los combustibles fósiles es más aguda de lo que se esperaba. El reto de la utilización
de estos está latente en las organizaciones que buscan mejorar las producciones
de las cosechas a los menores costos posibles en un período de tiempo corto. Si
bien, las maquinarias agrícolas del campo están entre ocho y nueve horas
expuestas al sol, se pueden utilizar dispositivos acoplados de paneles solares
para acumular esa energía y separarla de forma primaria de las operaciones y
sistemas del tractor, así se presentaría una alternativa para el uso de la
energía solar circundante.
No
obstante, el diseño de la maquinaria agrícola debe evolucionar en paralelo con
la implantación de la Intensificación Sostenible de la Producción Agrícola
(ISPA). Esto implica una menor cantidad de productos químicos, un uso más
eficiente del agua y manejo óptimo de la maquinaria. (FAO, 2014). Por tanto, un manejo articulado o equilibrado
de los distintos factores de producción se destina a la utilización óptima de
éstos. Si se aplican investigaciones en el uso eficiente de los mecanismos
dentro de la agricultura se pueden obtener unos resultados más distribuidos
equitativamente de los factores económicos, sociales, terrenales y de hábitats.
Por
consecuencia, las preparaciones de terreno que dañan la ecología de los predios
pueden reducir la sustentabilidad, así mismo el uso irracional del agua para
irrigar los cultivos, pues el consumo de una plantación es menor al 30% y la
aplicación excesiva de pesticidas que dañan o eliminan ecosistemas de los
terrenos a utilizar. Entonces, ¿Es posible lograr la sustentabilidad y
seguridad alimentaria en el sector agrícola moderno? Esta pregunta resultaría
un arduo análisis de los posibles elementos que intervienen para que un
objetivo se logre, pero no imposible para que sea aplicado en zonas donde más
se necesite.
La
agricultura de conservación está basada en reducir al mínimo la labranza del
suelo y el uso de plaguicidas. Los campos sin arar mantienen una capa de
mantillo con residuos de los cultivos para combatir las malezas, conservar la
humedad del suelo y evitar su alteración, (FAO, 2014). Esta ventaja o
experimentación técnica puede crear una agricultura sostenible largo plazo para
asegurar la alimentación de las poblaciones con hambre, puesto que la
degradación y descomposición de la fertilidad de los suelos es duradera para
recuperarse la cual puede llegar hasta los 20 años o más.
Los
retos a futuro son que la población pueda auto sustentarse con su propio esfuerzo
utilizando áreas imposibles de producir alimentos. Los invernaderos en los
desiertos o en zonas de suelos empobrecidos son una alternativa para la
utilización de aparatos mecánicos agrícolas en rangos menores y evitar el
deterioro de los ecosistemas en zonas fértiles del planeta. Existen cientos de
áreas sub utilizadas y otras usadas en exceso, de ahí las alternativas más
convenientes debe estar orientadas al descanso, regeneración y acondicionamientos
de esos espacios.
Si
vemos la agricultura mecanizada de esta época, observamos que está dirigida a
la labranza intensiva y excesiva de los terrenos, pero nivelada con otras maquinarias
no motorizadas y solo una pequeña porción de la población piensa en la
recuperación y postergación de sus predios. Este análisis indica que el
objetivo de la agricultura mecanizada moderna promete en una baja proporción la
sustentabilidad en el tiempo, pero todo puede desviar su curso si la conciencia
del hombre choca contra la realidad futura de la seguridad alimentaria.
Fuentes consultadas:
1.
González, Freddy Gil, (1995). Energía
y Mecanización en la Agricultura, Caracas, Venezuela.
2.
Pérez, Maiby, (2006). Rendimiento de un tractor agrícola en
función del sistema de labranza y la carga. I. Características de la tracción. Bioagro
18(1) 49-55, Venezuela.
3. La agricultura mecanizada.
Consultada el 23 de septiembre del 2014
en: http://centrodeartigo.com/articulos-informativos/article_73432.html
4.
Los
animales de trabajo y el desarrollo sostenible.
Consultada el 23 de septiembre del 2014 en: http://www.fao.org/docrep/v8180t/v8180T0p.htm
5.
Lucha
contra el hambre. Consultado el 24 de septiembre del
2014 en: http://www.fao.org/americas/perspectivas/hambre/es/
6. El origen del tractor.
Consultado el 24 de septiembre del 2014 en: http://tractor.wikispaces.com/historia+tractor
7. Los efectos sociales y económicos
de la modernización de la agricultura. Consultado el día 25
de septiembre del 2014 en: http://www.fao.org/docrep/x4400s/x4400s10.htm
8. El ABC de la agricultura moderna. Consultado el día 25 de septiembre del 2014
en:
http://www.espores.org/es/agricultura/agricultura-moderna-historia.html
9. Mecanización indispensable en la agricultura
moderna. Consultada el 25 de septiembre del 2014 en:
http://www.revistaelagro.com/2013/04/18/mecanizacion-indispensable-en-la-agricultura-moderna/
10. Evolución de los tractores.
Consultada el 25 de septiembre del 2014 en: http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/sedes/medellin/3007073/und_2/pdf/evolucion_de_los_tractores.pdf
11.
Froehlich
Tractor History. Consultado el 25 de septiembre del
2014 en: http://www.froelichtractor.com/thetractor.html
12.
Galisteo Games, E. (2014, julio 30), El hambre en el mundo podría aumentar
drásticamente en el 2050.
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